«Veinticinco de mi familia celebraremos Navidad aquí. Ya puedes empezar a preparar».
Clara soltó la orden como si fuera reina y tiró su bolso de marca sobre el sofá de Rosa Ruiz como si la casa de Alicante siempre hubiera sido suya.
Rosa, sesenta y dos años, viuda, dueña de la villa desde hacía treinta y dos, estaba regando las plantas; el agua seguía goteando al suelo de terracota.
«¿Preparar?», repitió Rosa con suavidad.
«Sí», suspiró Clara poniendo los ojos en blanco. «Comida, limpieza, decoración, las mesas del jardín… Mi madre es muy especial con los sitios».
Daniel, el hijo de Rosa, entró detrás de su mujer y se quedó helado al oír el tono. Abrió la boca, y la cerró.
Algo dentro de Rosa, después de años tragando, hizo clic.
Dejó la regadera, se secó las manos en el delantal y le dedicó a Clara la sonrisa más tranquila y dulce que jamás había mostrado.
«Perfecto», dijo. «Porque este año me voy de vacaciones en Navidad. La casa es toda tuya. Cocina, limpia, decora… Yo no soy la criada de nadie».
A Clara se le fue el color de la cara. Daniel dejó caer las llaves.
«Mamá… no puedes hablar en serio…»
«Hablo muy en serio», respondió Rosa yendo al armario del pasillo y sacando una maleta nueva ya hecha. «Hace tres semanas reservé un mes en la Patagonia. No sabía si decíroslo. Tú lo has decidido por mí».
Clara balbuceó: «Pero… la familia… la tradición…»
Rosa cerró la cremallera con sonido definitivo. «La tradición es respeto, Clara. Y el respeto es de ida y vuelta».
Daniel parecía querer que lo tragara la tierra. Clara abría y cerraba la boca sin sonido.
Y entonces Rosa soltó la verdadera bomba, suave, casi con cariño:
«Por cierto, la casa ya no está a mi nombre. La pasé a un fideicomiso familiar el mes pasado. ¿Adivinas quién es la única administradora ahora?».
Dejó que el silencio estallara.
¿Quién es realmente el dueño de la casa que Clara acaba de reclamar?
¿Qué pasará cuando lleguen veinticinco familiares exigentes a una cocina vacía y una bodega cerrada?
¿Por qué Daniel de repente suplica a su madre que no se vaya—cuando sabe lo que viene ahora?.